Esto no es lo que parece.
Por una vez, este tiburón no estaba atacando al buceador, tan sólo tuvo la mala fortuna de que su trozo de atún que tenía intención de comerse se metiera en la jaula.
Esto fue lo que hizo que este tiburón se metiera en esa jaula pero, de ninguna manera, su intención era la de atacar al buceador. En cuanto al buceador, se podría decir que ha renacido ya que, aunque no existiera la intención, hay que tener en cuenta que el simple roce con este coloso marino podría tener graves secuelas físicas.