Hazte a un lado, hay una nueva reina de las nieves.
“Mi pierna estaba tan destrozada, que pensaron que podría perderla.”
Así comienza este documental corto visualmente hipnotizante por el director británico Ian Derry. Rodeado de paisajes árticos monocromáticos, seguimos a la buceadora finlandesa Johanna Nordblad a través de un bosque de pinos cubiertos de nieve y en medio de un lago congelado. Mientras lentamente corta un triángulo en el hielo, nos cuenta, con una voz tranquila, la historia de cómo llegó allí.
Después de un accidente de bicicleta terrible, casi perdió su pierna por la necrosis, pero el hielo la salvó. En un primer momento fue una experiencia verdaderamente angustiosa, en la que descubrió la paz, que había más allá del dolor.
Se sienta al borde del triángulo, preparándose para sumergirse. Cuando desaparece bajo la superficie, casi se puede sentir el fuerte choque contra el agua helada.
“No hay lugar para el miedo, no hay lugar para el pánico, no hay lugar para errores”, dice ella. Cuando sale en busca de aire, parece que haya nacido para hacer esto. No es difícil imaginarla, cuando bucea 50 metros bajo el manto de hielo únicamente con un traje de neopreno y unas gafas, batiendo el récord mundial femenino de apnea bajo el hielo.