Un video muestra como un tiburón blanco se come a Scarlet, una ballena muerta en Dana Point

por | 26 abril, 2017

El tiburón blanco de 16 pies hincó sus afilados dientes en la carcasa hinchada de una ballena, tomando así, los primeros bocados de su desayuno a  primera hora de la mañana del sábado, a unos 14 kilómetros de Dana Point.

Hizo pausas entre bocados, deslizándose en la oscuridad del océano durante unos 10 minutos antes de salir para comer más.

Un marcador de tiburones, de Torrance, se enteró de la muerte de Scarlet, el jueves pasado, por los capitanes de los barcos observadores de ballenas. Notificaron a los salvavidas de Newport el suceso para que la ballena jorobada de 55 pies pudiera ser remolcada lejos de la costa y de la playa.

La necesidad de remolcar fue, en parte, porque es difícil deshacerse de las ballenas una vez que se han varado en la arena, y también para quitar el hedor y la deasgradable vista de una ballena decadente.

Y también porque con las ballenas muertas vienen tiburones hambrientos.

El marcador de tiburones y un estudiante de posgrado de Long Beach Shark Lab, corrierion hasta el mar, el sábado, para permanecer junto a Scarlet, esperando que su carcasa atrajera a  depredadores hambrientos.

Y allí estaba ella – una tiburón embarazada de 16 pies, posiblemente de 18 pies, dándose un festín con los restos de Scarlet. La aleta dorsal del tiburón era tan grande que podían ver el pez gigante a una milla de distancia.

«Parecía que estaba aquí para dar a luz – su circunferencia era muy grande». «Mientras se comía la ballena, era ridículo lo grande que era. Estaba nadando boca abajo, como si estuviera muy feliz y satisfecha. »

Scarlet era una ballena conocida con un pasado áspero. El año pasado, se enredó durante seis semanas con una línea de pesca. El enredo le causó problemas de salud, y pronto estaba cubierta de piojos, un tono rojizo que le propició el nombre de Scarlet.

Parecía estar recuperándose, pero apareció muerta, el jueves, en la playa de Newport.

Todavía se podían ver las heridas causadas por la línea en la aleta pectoral de Scarlet.

«Tienes que tener simpatía por ellos, pero en este momento, nos estamos centrando en la tarea que tenemos ante nosotros y nos quedamos impresionados por la presencia de un depredador tan grande», dijo desde el puerto de Oceanside, la tarde del lunes, después de dejar Scarlet en San Diego, donde se acercaba a la costa. Los salvavidas estaban tratando de tirar de la ballena para que regresára a mar abierto.

Pero no había tiempo para el dolor, tenían un trabajo que hacer: etiquetar y tomar muestras del tiburón para que los investigadores pudieran aprender más sobre esta especie difícil de encontrar.

El marcador dijo que no es un científico o biólogo marino, sino que ha etiquetado miles de tiburones a lo largo de los años, en su mayoría tiburones Mako en la costa de California, y más recientemente grandes tiburones blancos.

Siguió a Wally, otra ballena muerta de la costa de Los Ángeles y del Condado de Orange, el año pasado, capaz de acercarse lo suficiente para identificar a algunos de los siete grandes blancos que destrozaban el cadáver de las ballenas.

Fue capaz de acercarse lo suficiente al tiburón Scarlet, el sábado, para poner un dardo en su lado que funciona como una etiqueta acústica que mostrará la ubicación del tiburón cuando paso por uno de los muchos faros de la costa. Otra etiqueta muestra su profundidad y temperatura.

El proceso tomó alrededor de una hora.

«Me encanta el reto de encontrar a los tiburones y ponerles la etiqueta , y tener la recompensa de obtener los datos que proporciona», dijo. «Cada aventura es especial para mí.»

Dijo que la tiburón había despegado el lunes, y aunque Scarlett estaba atrayendo tiburones azules, no aparecieron otros grandes blancos.

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