Filipinas alberga algunas zonas submarinas únicas y vírgenes. He aquí 5 lugares por descubrir para los amantes del submarinismo.
Con sus miles de islas y atolones, Filipinas es un auténtico paraíso tropical y una de las mejores experiencias de buceo del sudeste asiático, que ofrece incomparables safaris, cruceros y vacaciones de buceo. Los 5 mejores lugares para bucear en Filipinas y vivir una aventura inolvidable.
1. Las Visayas: una joya submarina en el sureste de Filipinas
El archipiélago de las Visayas, en el sureste de Filipinas, es una perla para los submarinistas en busca de aventuras submarinas excepcionales. Las islas boscosas, coronadas por conos volcánicos, ofrecen playas de ensueño. Lugares de inmersión como Malapascua, famoso por sus tiburones zorro, Leyte, Camiguin, Camotes y la isla de Apo rebosan de una impresionante fauna submarina. Desde tortugas a tiburones ballena, tiburones punta blanca y rayas, cada inmersión promete encuentros mágicos.
Desde la perspectiva de los buceadores, sumergirse en las aguas cristalinas de las Visayas es una experiencia inigualable. A medida que se desciende, el bullicio de la superficie se reemplaza por la serenidad submarina. El ecosistema marino en esta región es fascinante, con corales vibrantes que forman jardines bajo el agua donde peces de colores vivos nadan entre los arrecifes. En Malapascua, los encuentros con los tiburones zorro en Monad Shoal son eventos destacados, donde la elegancia de estos seres cautiva a quienes tienen la suerte de observarlos durante las inmersiones al amanecer.
La isla de Leyte es otro destino destacado por sus visitantes estacionales, los tiburones ballena, que se acercan a los buceadores con una curiosidad apacible, ofreciendo un espectáculo inolvidable con su presencia monumental. El paisaje submarino se enriquece con la presencia de pequeñas criaturas camufladas entre los corales, y con bancos de peces que se desplazan como vastas nubes subacuáticas.
La isla de Apo, un santuario marino de fama mundial, resplandece con una biodiversidad asombrosa. La experiencia de bucear allí se asemeja a estar en un acuario gigante debido a su a menudo prístina visibilidad y la rica vida marina. La conservación de esta zona es clave, y la pasión por su preservación es un sentimiento compartido en la comunidad de buceadores.
Cada inmersión en las Visayas es una lección en biología marina y conservación, una oportunidad para explorar lo inexplorado. Para los buceadores, cada visita a estas aguas profundas es un recordatorio de la belleza y fragilidad de los océanos, y con cada ascenso, se renueva el compromiso con la protección y apreciación de estos tesoros naturales.
2. Malapascua y Moalboal: impresionantes espectáculos submarinos
Malapascua atrae a buceadores de todo el mundo con la promesa de encuentros cercanos con los tiburones zorro, creando una experiencia sumamente especial y única. Estos majestuosos animales, con sus largas colas que parecen cortar el agua, se deslizan por el azul profundo, y observarlos en su hábitat natural es un verdadero privilegio.
Por otro lado, Moalboal ofrece el fascinante espectáculo de la Sardine Run, donde millones de sardinas se mueven en una sinfonía coordinada, formando figuras fluidas que cambian de forma con una sincronía impresionante. Los buceadores pueden sumergirse en medio de este fenómeno natural, sintiendo la vibrante energía de la vida marina en movimiento, una experiencia visual que recuerda la constante maravilla y dinamismo del océano. Estos encuentros con la fauna marina son momentos que definen la pasión por el buceo y subrayan la increíble diversidad de la vida oceánica.
3. Los atolones de Tubbataha: un tesoro submarino preservado
Los atolones de Tubbataha, ubicados en el corazón del mar de Sulu, se han ganado un merecido prestigio entre los buceadores aventureros. Este sitio remoto, que requiere un viaje de unas nueve horas por mar desde el puerto más cercano, es un santuario prístino para la vida marina. Al estar protegidos dentro de un parque nacional, los atolones ofrecen una riqueza de biodiversidad submarina raramente vista, manteniendo un equilibrio ecológico gracias a esfuerzos de conservación enfocados en la sostenibilidad.
La inmersión en estos atolones es una inyección de naturaleza pura y salvaje, donde las paredes de coral caen en picado hacia las profundidades azules y los arrecifes están abarrotados de peces tropicales, tiburones, mantarrayas y ocasionalmente tortugas marinas. La claridad del agua permite una visibilidad impresionante, convirtiendo cada buceo en un espectáculo visual de vida y color. La experiencia de explorar Tubbataha es una revelación de lo que significa un ecosistema marino saludable y es una de las joyas de la corona del buceo en Filipinas.
4. Isla Pescador: santuario marino y cueva submarina
La isla Pescador no solo es un santuario marino por su nombre, sino también en la riqueza de vida acuática que sostiene. Situada ante la costa oeste de Cebú, es una parada obligada para buceadores especialistas que buscan inmersiones que combinan la diversidad biológica con fascinantes características geológicas. Los inmensos bancos de peces, como los jureles y barracudas, que forman verdaderas paredes vivas en el agua, son una atracción que brinda a los buceadores la oportunidad de sumergirse en un mundo completamente dominado por la vida marina.
La clasificación de la isla Pescador dentro de los 50 mejores puntos de buceo del mundo no es casualidad, ya que este enclave es un escenario donde las interacciones con diversas especies son la norma, no la excepción. Además, la Catedral, una impresionante cueva submarina que se abre al océano, ofrece a los buceadores la experiencia única de descender a través de una entrada iluminada por los haces de luz solar que penetran el agua, hacia un santuario de paz y belleza natural a una profundidad de 10 metros, comenzando desde una pendiente arenosa que invita a explorar más de este milagro submarino. La topografía subacuática y la vida marina de Isla Pescador hacen que cada inmersión sea una experiencia memorable y técnica, muy apreciada por especialistas en el campo del buceo.
5. Palawan: el pecio Akitsushima
Palawan es un destino que cautiva a buceadores profesionales por la oportunidad de explorar pecios históricos como el Akitsushima en la bahía de Coron. Este buque de guerra japonés, hundido durante la Segunda Guerra Mundial, representa un viaje en el tiempo para aquellos que se aventuran en sus aguas. La complejidad de su estructura hundida y los desafíos que implica su penetración solo son aconsejables para buceadores con experiencia en la exploración de barcos hundidos y con una sólida formación en buceo técnico.
El Akitsushima, en su lecho final, es más que un punto de buceo: es un monumento submarino que permite a los buceadores profesionales apreciar las marcas de la historia. Aunque la sala de máquinas ofrece una oportunidad para los buceadores de penetrar en el pecio, es fundamental proceder con precaución, respetando siempre las estrictas reglas de seguridad que este tipo de inmersiones requiere. El uso de nitrox permite a los buceadores alargar su fondo de tiempo y reducir el riesgo de descompresión, aprovechando al máximo la exploración de este sitio único.
La visibilidad en este punto de inmersión varía, pero durante la temporada óptima, de enero a junio, es posible disfrutar de condiciones más claras y tranquilas, ideales para la fotografía submarina y la observación detallada del pecio y de la vida marina que ha hecho de este barco su hogar. En la actualidad, el Akitsushima está rodeado de corales suaves y duros que han colonizado sus restos, además de albergar una diversidad de especies marinas que han encontrado refugio en este ecosistema artificial. La exploración de este pecio no es solo una aventura subacuática, sino también un homenaje a la historia y una valiosa lección de resiliencia natural.