Saltar en un tanque repleto de tiburones es una locura que no se debería de producir bajo ninguna circunstancia a no ser que conozcamos perfectamente las circunstancias que rodean a los escualos. Realizar este tipo de locuras puede resultar muy peligroso. Obviamente, con el chapoteo originado por el salto en el agua, los tiburones acuden a ver que es lo que está pasando… Nunca se sabe la reacción que pueden tener estos animales «salvajes» por más que no suelan atacar a las personas.